Lo primero que debemos señalar es que el mal aliento en perros no es normal, sino mas bien una señal de un problema grave de salud.
Cuando la placa no se retira de los dientes de tu perro, se acumula allí y alrededor de la línea de las encías y después de pocos días se endurece hasta formar sarro. El sarro se adhiere a los dientes y finalmente irrita las encías. Las encías irritadas se inflaman: afección conocida como gingivitis.
Si tu perro desarrolla gingivitis, las encías estarán rojas en lugar de rosas y su aliento tendrá un olor fétido. Si no se quita el sarro, se acumulará debajo de las encías, lo que eventualmente hará que se separen de los dientes. Esto crea pequeñas bolsas en el tejido de las encías que se convierten en depósitos para otras bacterias.
En esta etapa, tu perro ha desarrollado una afección irreversible, la enfermedad periodontal, que causa un dolor considerable y puede provocar abscesos, infecciones, pérdida de dientes y de hueso.
Cuando hay enfermedad periodontal presente, la superficie de las encías se debilita. La descomposición del tejido de las encías permite que las bacterias de la boca invadan el torrente sanguíneo y viajen por todo el cuerpo de tu perro. Si su sistema inmunológico no mata a las bacterias, puede llegar al corazón e infectarlo.
Señales de posible enfermedad dental en tu mascota
Si notas alguna de las siguientes señales en tu perro, es hora de hacer una cita con tu veterinario para evitar que un problema dental afecte negativamente su salud y calidad de vida:
Enrojecimiento de encías | Sensibilidad alrededor de la boca y/o los dientes |
Mal aliento | Salivación o tirar la comida |
Dientes flojos | Sangrado de la boca |
Decoloración de los dientes | Pérdida de apetito/ poco apetito |
Dientes rotos | Pérdida de peso |
5 pasos para ayudar a mantener la boca de tu perro saludable
- Proporciónale una alimentación nutricionalmente balanceada, apropiada para la especie, con productos frescos.
- Ofrécele huesos recreativos y/o un juguete masticable dental totalmente digestible y de alta calidad para ayudar a controlar la placa y el sarro. El efecto de los masticadores dentales es similar al de los huesos crudos, pero más seguro para los masticadores fuertes o los perros que tienen un trabajo de restauración dental y no pueden masticar los huesos crudos.
- Cepíllale los dientes, preferiblemente todos los días. Si no puedes hacerlo diario, comprométete a hacerlo varias veces a la semana. Pasar un poco de tiempo cada día cepillando los dientes de tu perro puede ser bastante beneficioso para mantener su salud bucal y su bienestar general.
- Realiza inspecciones bucales de rutina. Tu perro debe permitirte abrir su boca, ver por dentro y palpar en busca de dientes flojos e hinchazón o protuberancias inusuales en la lengua o debajo de ella, a lo largo de la línea de las encías y en el paladar. Después de hacer esto varias veces, notarás cualquier cambio que ocurra entre una inspección y otra. También deberías notar cualquier diferencia en el olor del aliento de tu perro que no esté relacionada con la alimentación.
- Agenda exámenes orales regulares con el veterinario. Él o ella te alertará sobre cualquier problema potencial o existente en la boca de tu perro, y de ser necesario, te recomendará una limpieza dental bajo anestesia.
El cuidado diario en el hogar y las profilaxis profesionales por parte del veterinario son la mejor forma de mantener la boca de tu mascota sana y libre de enfermedades.
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